En los últimos cincuenta años llevar a cabo una actividad deportiva ha
adquirido un importante valor desde el punto de vista social. Junto con la mejora de la esperanza de vida, se ha convertido en uno de
los componentes esenciales de nuestra vida.
No importa el nivel de práctica del deporte en sí, ya sea amateur o profesional; cualquier atleta tiene muchísimo interés en conocer los riesgos relacionados con la práctica de su deporte (especialmente en todo lo relacionado con las lesiones) y con los sistemas que pueden ayudar al rendimiento deportivo. Si nos centramos en la disciplina que parece más accesible, probablemente nos venga a la mente el running. Correr parece lo más sencillo e inmediato: es una actividad que aprendemos de pequeños y que el hombre viene realizando desde los albores de los tiempos, una reacción fisiológica a los peligros y en la mayoría de los casos una actividad física que a la larga crea una adicción positiva.
En el estudio que podréis leer más abajo, se utilizó una plataforma baropodométrica de sensor resistivo para analizar un grupo de atletas aficionados. Los datos recopilados se refieren al estudio de la estática, la dinámica y la posturografía (análisis estabilométrico). Además, con ayuda de la videografía los operadores consiguieron evaluar empíricamente la actitud postural del sujeto en su conjunto. En un segundo laboratorio, todos los deportistas fueron sometidos a una prueba en cinta baropodométrica a una velocidad media de 8 km por hora. La plataforma baropodométrica y el pasillo de la misma son dispositivos sensibles a la presión, muy intuitivos para la recolección de datos objetivos.
Conoce todos los detalles y conclusiones de este interesante artículo en el siguiente enlace.
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